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martes, 25 de noviembre de 2014

Menos del 10% de alcohólicos reciben tratamiento en España

Menos del 10% de los afectados por dependencia alcohólica reciben tratamiento en España; de ellos, un 70% presenta reducción del número de días de consumo y una mejoría de la salud percibida a los 6 meses, aunque las recaídas son frecuentes, según han puesto de manifiesto los participantes en el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

El alcohol es, de entre todas las drogas, la más consumida y la que suscita una menor percepción de riesgo. Así, la última Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES 2011-2012), indicaba que el 62% de la población había consumido alcohol en los últimos 30 días y que el 42% de los hombres y el 23% de las mujeres entre 15 y 34 años se habían emborrachado en el último año.

"Es especialmente preocupante el patrón de consumo de grandes cantidades de alcohol en períodos cortos de tiempo entre los adolescentes, tanto en hombres (23%) como en mujeres (20%)", advierte el doctor Rafael Monte Secades, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Lucus Augusti de Lugo y ponente en el Congreso.

"Además el inicio del consumo de alcohol durante la adolescencia, que en España se sitúa en los 16 años, se asocia a un mayor riesgo de sufrir sus consecuencias negativas sobre la salud en la vida adulta, incluyendo la dependencia del alcohol", añade.

El consumo de riesgo y, por tanto, la dependencia alcohólica, se asocian al desarrollo de enfermedades hepáticas (cirrosis), cardíacas (miocardiopatía), mentales (depresión, demencia) o diversos cánceres (hígado, boca, esófago). Por otra parte, constituye un factor determinante de violencia familiar y de género, accidentes laborales y de circulación.

Cuando el consumo de alcohol supone la máxima prioridad para el individuo, se habla de dependencia alcohólica. "Esta condición requiere una valoración médica para su diagnóstico y es difícil de recoger en las encuestas sobre consumo de drogas, por lo que no existen datos recientes fiables sobre su prevalencia en España", señala el Dr. Monte.

Síndrome de abstinencia alcohólica

El síndrome de abstinencia alcohólica es la expresión clínica de la interrupción brusca de la ingesta de alcohol en una persona con dependencia del mismo, y puede producirse de forma involuntaria debido a enfermedades o lesiones, o intencionada tras una abstinencia voluntaria forzada, o durante el curso de una desintoxicación programada.

La abstinencia se manifiesta tras 6-24 horas sin beber en forma de temblor, sudoración e inquietud. Algunos enfermos presentarán alucinaciones o crisis epilépticas, y alrededor de un 5-10% evolucionarán hacia delirium tremens.

miércoles, 19 de febrero de 2014

La crisis cambia la forma de beber de los adolescentes, que pasan del botellón al atracón

Los expertos han constatado que la crisis ha cambiado la forma que tienen los adolescentes de beber alcohol, que han pasado del llamado 'botellón', en el que los jóvenes bebían para divertirse manteniendo un ritmo sostenido de consumo de copas durante toda la noche, al 'atracón', en el que los bebedores "se emborrachan primero y luego se divierten".

Según han hecho saber en declaraciones a Europa Press el director general de Atención al Ciudadano y Drogodependencias de la Consejería de Sanidad, Juan Manuel Ruiz, y el responsable de la Unidad de Coordinación Técnica de Drogodependencias, Juan Jiménez, ello se debe a que "el consumo de copas durante toda la noche implica un mayor gasto que el modelo 'atracón'".

Ahora, los expertos perciben que los adolescentes beben "menos tiempo", se "colocan rápidamente y aguantan" hasta llegar a sus casas "lúcidos, tres o cuatro horas después".

Antes, "si la gente estaba de fiesta seis horas se podía llegar a tomar dos copas cada hora, esto es, un total de 12, pero ahora, debido a la restricciones económicas, la población se toma las tres o cuatro copas en la primera hora y luego ya no tiene por qué seguir bebiendo, ya que se emborracha antes".

En general y como resultado de la crisis, Jiménez señala que ha cambiado la forma de consumo y, destaca el descenso del consumo de las drogas tipo éxtasis y cocaína "porque hay menos dinero".

lunes, 10 de febrero de 2014

LOS JÓVENES BEBEN MÁS ALCOHOL ADULTERADO CON LA CRISIS

Un 5% de los jóvenes consume alcohol irregular, con altas probabilidades de que esté adulterado, una práctica que va en aumento debido a la crisis, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid.
Además, el 40% de los jóvenes no percibe problemas éticos ni de salud en comprar alcohol de forma irregular, fuera del control de las autoridades fiscales y sanitarias, tal y como pone de relieve el estudio, realizado por el instituto ThinkCom, adscrito a la universidad, y presentado hoy.
Los jóvenes adquieren el alcohol en puntos de venta irregular (tiendas de chinos, de "todo a cien" o en puestos callejeros), pero también perciben que lo consumen en locales de ocio, donde se les suministra "garrafón", ha explicado Ubaldo Cuesta, director de la Cátedra de Comunicación y Salud de la Facultad de Ciencias de la Información y autor del trabajo.
El profesor Cuesta ha advertido de que se está implantando cada vez más la compra en la calle debido a la crisis, que también está propiciando que se extienda la filosofía del "carpe diem": "vivir el día a día".
Aunque ha señalado que un 5% de consumo irregular entre los jóvenes puede parecer un porcentaje bajo, este catedrático ha alertado sobre un "repunte de los datos".
"La crisis incrementa el consumo de alcohol irregular", ha subrayado el profesor Cuesta, quien aclara que no sólo se trata de un fraude fiscal sino de un problema de salud pública.
Ubaldo Cuesta ha resaltado el hecho de que los jóvenes no tengan ninguna intención de denunciar la venta de alcohol ilegal, lo que ha achacado, en parte, a que no perciben el riesgo y, en parte, a que en España no está extendida la cultura de la denuncia.
El estudio, realizado mediante una encuesta a 1.200 jóvenes de entre 14 a 34 años, pone de relieve que el 60% de los jóvenes consume alcohol habitualmente, especialmente de forma masiva durante el fin de semana (el llamado "atracón").

Sin percepción del riesgo

Además, uno cada dos no percibe el riesgo que ello supone, a pesar de la probabilidad que este tipo de consumo entraña para desarrollar una adicción en la edad adulta, ha señalado este catedrático.
Uno de cada cuatro encuestados asegura haber sufrido una intoxicación etílica en los últimos doce meses, según el estudio, que observa una tendencia al alza entre las chicas (un 24 %).
"Lo que está haciendo el joven es entrar en una conducta de riesgo sin percibirlo", ha señalado el profesor Cuesta, quien ha considerado que "no se le está prestando al alcohol todo el interés que debería prestarse".

Alcohol, un lubricante social

Y así, si pretenderlo, se está creando un "frame" o marco social de referencia de que beber en exceso "no es tan malo".
Cuesta ha explicado que el objetivo de los jóvenes cuando hacen botellón es ponerse contentos lo antes posible. "El alcohol es un lubricante social, facilita la conducta de flirteo".
Según el estudio, en España se consumen 163 millones de litros de alcohol al año: más de 1.600 millones de cubalibres (130 millones de litros); 500 millones de copas de licores fuertes (25 millones de litros) y 155 millones de copas de licores de frutas (7,7 millones de litros).
Como conclusiones, el autor del informe ha abogado por la necesidad de incrementar las medidas de control, tanto coercitivas (inspecciones del botellón, del garrafón y del comercio ilegal), como educativas.
Además, ha apelado al fomento de la corresponsabiliidad social, a través de programas de educación para la salud y de la labor de los medios de comunicación, y a establecer una ética entre todos los interlocutores.

Nuevas modas

Cada vez se comienza a beber a edades más tempranas. De ahí que desde la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (AEPap) se considere una "vergüenza" que el consumo "vaya a más" y que desde las autoridades sanitarias no se tomen medidas para evitarlo. Así lo ha lamentado la pediatra Concha Sánchez Pina, coordinadora del 11 curso de actualización en Pediatría organizado por esta sociedad científica en Madrid, que ha recordado que se trata de "la sustancia psicoactiva más consumida de todas". Con 12 años, agrega, "se estima que uno de cada cinco escolares ya ha experimentado con el alcohol", lamenta esta experta.
Los pediatras se muestran preocupados por el consumo intensivo durante los fines de semana (dos de cada tres de los que beben dicen haberse emborrachado) y por el aumento del botellón entre los jóvenes (lo practica uno de cada tres jóvenes).
Además, los pediatras advierten sobre otras formas de beber que ahora "están de moda", como el 'binge drinking', que consiste en beber más de cinco copas "a toda velocidad" en dos horas, "para que los efectos del alcohol sean máximos".
"Los padres de los adolescentes deben estar pendientes de los niños y ver cómo vuelven a casa, cerrar los ojos no tiene sentido. Hay que escucharles, hablar con ellos, estar pendientes de sus problemas y explicarles el problema que puede causar este consumo en el futuro, porque puede generar alteraciones cerebrales o del hígado", aconseja esta experta.

martes, 28 de enero de 2014

TALLER DE VALORES EN BIBLIOCOPERA

Durante los sábados del mes de Enero, se ha desarrollado en la Biblioteca, un taller de valores con niñ@s de primaria que participan el la Bibliocopera.

CUANDO INTERNET ES UNA ADICCIÓN

Hacerse sus necesidades encima por no perder de vista la pantalla del ordenador, bajar el rendimiento escolar por estar más pendientes de la vida virtual que la real e incluso sufrir un extraño Síndrome de Diógenes en el que la basura se sustituye por aparatos de la tecnología más puntera. La imagen de una persona consumiendo algún tipo de droga o jugando a las máquinas tragaperras es quizá la más recurrente a la hora de pensar en alguien que tiene algún tipo de adicción pero éstas, como tantas otras cosas, evolucionan y surgen a raíz de elementos que antes no formaban parte de nuestro escenario.

Los móviles, las redes sociales... Las nuevas tecnologías, en definitiva, han dado pie a nuevos problemas que llegan a convertirse en un adicción.

Se incluyen dentro de las adicciones sin sustancia, grupo al que pertenecen el sexo, la ludopatía, las compras o la vigorexia. Su diferencia radica en que no necesitan meter ningún tipo de sustancia en su cuerpo pero cambian hábitos de comportamiento y llegan a desvirtuar la realidad.

La Asociación Malagueña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Amalajer)  trabaja este problema desde prácticamente los inicios de la organización. A finales de los 80 ya existía el «Partyline»; conversaciones a través del teléfono fijo con varias personas a la vez que se transformaban en facturas impagables. El presidente de Amalajer, Francisco Abad, fija en ese momento el inicio de la problemática actual. Desde entonces, todo ha ido a más.

En estos momentos, trabajan con un grupo de casi 20 personas adultas que van una vez en semana a terapia grupal para abordar sus adicciones sin sustancias, entre ellas, las nuevas tecnologías. También acuden una docena de menores de edad, o personas que no son lo suficientemente maduras aún para estar con el grupo, para abordar todos los problemas derivados por los aparatos electrónicos.

Según Abad, existen tres tipos de grupos. Uno de ellos son las personas que se tratan algún tipo de adicción y, mientras trabajan en ella, sale a flote ésta, pero de una forma secundaria. Un ejemplo de ello podría ser el que es adicto al sexo y utiliza el teléfono o internet como medio para satisfacer su primera necesidad.

El otro grupo es aquel que se dedica a acumular aparatos tecnológicos sin ningún tipo de mesura. Personas jóvenes, o que están cerca de terminar sus vida laboral con trabajos estables e incluso puestos de responsabilidad que adquieren este tipo de productos por el simple hecho de tenerlos. En muchos casos no llegan a desembalarlos de sus cajas, simplemente están ahí.

Uno de los últimos casos de este tipo que llegó a Amalajer es el de un varón que tenía su casa llena de estos artilugios y era imposible adentrarse en ella. La tapa del inodoro era el único lugar de todo el inmueble donde poder sentarse. Su familia recurrió a la asociación para pedir ayuda.

Los menores, jóvenes o aquellos que viven siempre conectados es el otro colectivo. No saber dónde está límite entre un uso normal y convertirse en una adicción es un arma de doble filo a la que se enfrenta padres y menores.

Pasar muchas horas conectado, aislarse o dejar de atender su vida para estar más pendientes de lo que hay al otro lado de la pantalla es un mal cada vez más generalizado, aunque todavía no atiende a niveles alarmantes.

Aun así, ya existen casos de menores que han bajado su rendimiento escolar y han llegado a pegar a sus padres por quitarle el teléfono móvil, e incluso un joven al que le faltaban asignaturas para ser médico ha dejado de lado sus estudios por su fijación con los videojuegos e internet que ha derivado en problemas de obesidad, a raíz de interminables horas sin moverse, y se ha hecho sus necesidades encima. «Son los casos más extremos pero también existen», recalca Abad.

Otro de los casos más señalados que recuerda el presidente de Amalajer es el de una madre que acudió a ellos hace diez años porque creía que su hijo tenía un problema con los videojuegos y quería informase. No asistió a ninguna terapia y ahora, cuando el joven tiene 33 años, ha perdido su trabajo, se ha separado de su mujer y todo ello por que su vida gira en torno a los videojuegos y todo lo que pertenece a los ordenadores y las tabletas.

Estas personas tienen una sintomatología similar a cualquier otro tipo de adicción la diferencia está en el objetivo de la terapia. Si bien el que juega o consume drogas tiene que dejar por completo estos hábitos para que se considere rehabilitado, el paciente de las nuevas tecnologías debe aprender a hacer un buen uso de ellas.

«Si va a ir a una entrevista de trabajo, una cosa tan básica como no tener móvil ya dificulta la relación. O no usar un ordenador para ser administrativo...Es complicado», puntualiza el presidente.

La terapia es dura y tiene un proceso inicial de desconexión total de este mundo. Muchos no la finalizan y abandonan antes de tiempo. Abad calcula por la experiencia ya acumulada que el paciente requiere dos años para saber controlar estos golosos productos y no recaer en la adicción.

miércoles, 15 de enero de 2014

BAJA EL CONSUMO DE ALCOHOL Y TABACO ENTRE LOS JÓVENES

Los jóvenes  han modificado sus hábitos de salud a lo largo de la última década y, en general, han adoptado conductas más saludables, según el último Boletín Epidemiológico elaborado por la Comunidad de Madrid en base a encuestas realizadas a 2.000 estudiantes de 4º de la ESO. El alcohol sigue siendo la sustancia más consumida, pero más de la mitad, el 51,6 por ciento de los jóvenes, no toma alcohol. El 42,9 por ciento asegura beber de forma moderada y el 5,5 por ciento son clasificados como bebedores de riesgo, un valor que se reduce a la mitad comparándolo con 2002 (10,1%). Menos de la mitad de estos jóvenes, el 45,7 por ciento, afirmó haberse emborrachado alguna vez el último año y, lo que es peor, el 17,2 por ciento confiesa haber viajado en un vehículo cuyo conductor conducía bajo los efectos del alcohol en el último mes. Aún así, los datos respecto a la seguridad vial también han mejorado desde 2004, ya que sólo el 16 por ciento de los jóvenes no utilizó siempre el cinturón de seguridad por ciudad, frente al 47% que en 2002 afirmó que no lo usaba. 
También el tabaquismo se ha reducido en estos chavales de 15 y 16 años al 10,8 por ciento que asegura fumar diariamente frente al 25 por ciento que consumía tabaco hace 10 años. Según el informe, un 60,6 por ciento no fumaba y el 13,5 por ciento se declaraban, a su corta edad, ex fumadores. La novedad es que, de los fumadores diarios, había mayoría de mujeres (12 %) frente al 9,5% de hombres. En el caso del tabaco se manifiesta claramente la influencia del entorno familiar. En este sentido, Sanidad recuerda que ha realizado programas para prevenir el consumo de tabaco, como el proyecto Clase Sin Humo, desarrollado en centros educativos.
Los expertos también destacan como positivo de este informe del Sivfrent de 2012 (Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo asociados a Enfermedades no Transmisibles) los hábitos alimenticios, que, aunque siguen dejando mucho que desear, han mejorado. Según esta encuesta, el número de jóvenes con sobrepeso u obesidad ha bajado del 14,5 al 13 por ciento, pero mantienen una dieta deficitaria en frutas y verduras. Los adolescentes consumen en exceso productos cárnicos (el 65,4%) y el 20,2 por ciento dos o más raciones diarias de galletas o productos de bollería. Más de la mitad, el 53,3 por ciento, no toma las dos raciones de fruta diarias aconsejables en una buena alimentación.
Con respecto a los trastornos del comportamiento alimentario, el 12,3 por ciento de las chicas dice no haber ingerido en alguna ocasión ningún tipo de alimento en 24 horas, el 7,6 por ciento se había provocado vómitos para perder peso y un 4,5 por ciento había utilizado diuréticos, laxantes o píldoras adelgazantes.   

martes, 7 de enero de 2014

IV CAMPEONATO DE FÚTBOL CIUDADES ANTE LAS DROGAS

     Durante los días del 27 de diciembre al 4 de enero de 2014, se ha celebrado en el nuevo pabellón otro año más, el campeonato de fútbol Ciudades ante las drogas para niños y adolescentes entre edades comprendidas de los 9 a 15 años. Han participado un total de 7 equipos y alrededor de 50 niños y adolescentes.

Los ganadores de este campeonato han sido:

1.-  VODKA JUNIOR
2.-  SAN JUAN
3.- LA COCHERA

Aunque estos han sido los finalista y ganadores del campeonato, ha habido otro equipo que debería de estar en la clasificación pero según las normas del campeonato ha habido una amonestación por parte de la organización por no cumplir las normas y se ha quedado fuera de los ganadores, este equipo ha sido FUTBOL STREET. (también sois ganadores)

GRACIAS POR VUESTRA COLABORACIÓN  









El consumo de alcohol durante el fin de semana deja huella en el ADN de los jóvenes


Un estudio preliminar dirigido por una investigadora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en colaboración con la Universidad Autónoma de Nayarit (México), ha analizado el efecto del alcohol en personas jóvenes y sanas. Los resultados, que publica la revista Alcohol, indican que el consumo de esta sustancia los fines de semana puede afectar al ADN.

La idea de estudiar el efecto oxidativo por la ingesta de alcohol en ese periodo surgió cuando la investigadora Adela Rendón daba clases de Bioquímica Clínica en el Instituto Politécnico Nacional en México. Muchos de los estudiantes que acudían a clase los lunes a primera hora mostraban falta de atención y malestar generalizado consecuencias de haber bebido alcohol durante el fin de semana.

La investigadora les propuso estudiar los efectos que tenía en su organismo ese consumo de fin de semana que los estudiantes creían inocuo. Los estudiantes se involucraron en el proyecto, en el que también participó el investigador Jesús Velázquez (Universidad Autónoma de Nayarit, México), y, tras completar los requisitos administrativos pertinentes y obtener la colaboración de diversos expertos en encuestas y análisis, definieron el objeto del estudio: el daño oxidativo producido por del consumo de bebidas alcohólicas en personas jóvenes.

Los estudiantes se dividieron en dos grupos: el grupo de control lo formaban los jóvenes que no bebían alcohol y el grupo de estudio los que bebían los fines de semana. Para comprobar que se trataba de personas sanas sin otro tipo de enfermedades o adicciones que pudieran alterar los resultados del estudio se realizaron análisis de sangre. La edad de los jóvenes oscilaba entre los 18 y los 23 años, y el consumo medio de alcohol era de 118 g, litro y medio de cerveza, por ejemplo.

Se midió la actividad de la enzima alcohol deshidrogenasa, responsable del metablismo del etanol a acetaldehído, acetoacetato y acetona. El daño oxidativo se evalúa por un ensayo bioquímico TBAR (especies que reaccionan al ácido barbitúrico), y refleja la lipoperoxidación que sufre la membrana por efecto tanto del etanol en la sangre como del acetaldehído producto de la acción de la enzima sobre el etanol. Por tanto, existen por lo menos dos vías por las que se forman radicales libres que pueden deteriorar la integridad de la membrana celular.

Aunque los investigadores esperaban encontrar daño oxidativo, el resultado les llamó la atención según comenta Adela Rendón. “Observamos que los que bebían tenían dos veces más daño oxidativo que el grupo que no consumía alcohol” y decidieron continuar con una prueba para evaluar si el ADN también se veía afectado: el ensayo cometa. Extrajeron el núcleo de las células linfociticas de la sangre y lo sometieron a electroforesis.

“Lo interesante es que si la cromatina no está bien compactada, si hay daño en el ADN, en la electroforesis deja un halo”, lo que denominan “cola de cometa”. Y, en efecto, la cromatina del grupo expuesto dejaba un pequeño halo, mayor que la del grupo de control. Para ser exactos, los resultados mostraron un daño en el 8 % de las células en el grupo de control y en el 44% en el grupo expuesto. Por tanto, el grupo expuesto tenía 5,3 veces más células dañadas.

La longitud de la cola de cometa

Para poder afirmar la existencia de un daño relevante en el ADN la longitud de la cola de cometa debe ser mayor que 20 nm, y no era el caso. “Afortunadamente”, comenta la investigadora, “pero es que no debería de haber daño alguno, porque llevan muy poco tiempo consumiendo alcohol, no han estado expuestos de forma crónica”.

La vía por la cual el alcohol llega a alterar el ADN no se conoce todavía. Ese será el siguiente paso: estudiar el re-empaquetamiento de la cromatina y el comportamiento de mecanismos tan complejos como las histonas en estos individuos.

“Cuando hablamos de alcoholismo juvenil nos referimos a jóvenes que beben alcohol sin llegar a ser adictos. La adicción implica una cuestión más compleja social y psicológicamente hablando. Este es un alcoholismo social” comenta la investigadora, “pero que a la larga causa daño, y hay que tener conciencia de eso”.

Hasta ahora nunca se había documentado daño sobre el empaquetamiento del material nuclear en estadios tempranos de alcoholismo, quizá porque la mayoría de los estudios se realizan en etapas tardías, con personas que llevan consumiendo alcohol de forma adictiva durante muchos años.

El consumo nocivo de bebidas alcohólicas es un problema de alcance mundial, y representa un importante problema de salud, social y económico. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el alcohol causa 2,5 millones de muertes al año en todo el mundo, de ellos 320.000 son jóvenes de entre 19 y 25 años, y causa daños que van más allá de la salud física y mental del bebedor.