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miércoles, 19 de febrero de 2014

La crisis cambia la forma de beber de los adolescentes, que pasan del botellón al atracón

Los expertos han constatado que la crisis ha cambiado la forma que tienen los adolescentes de beber alcohol, que han pasado del llamado 'botellón', en el que los jóvenes bebían para divertirse manteniendo un ritmo sostenido de consumo de copas durante toda la noche, al 'atracón', en el que los bebedores "se emborrachan primero y luego se divierten".

Según han hecho saber en declaraciones a Europa Press el director general de Atención al Ciudadano y Drogodependencias de la Consejería de Sanidad, Juan Manuel Ruiz, y el responsable de la Unidad de Coordinación Técnica de Drogodependencias, Juan Jiménez, ello se debe a que "el consumo de copas durante toda la noche implica un mayor gasto que el modelo 'atracón'".

Ahora, los expertos perciben que los adolescentes beben "menos tiempo", se "colocan rápidamente y aguantan" hasta llegar a sus casas "lúcidos, tres o cuatro horas después".

Antes, "si la gente estaba de fiesta seis horas se podía llegar a tomar dos copas cada hora, esto es, un total de 12, pero ahora, debido a la restricciones económicas, la población se toma las tres o cuatro copas en la primera hora y luego ya no tiene por qué seguir bebiendo, ya que se emborracha antes".

En general y como resultado de la crisis, Jiménez señala que ha cambiado la forma de consumo y, destaca el descenso del consumo de las drogas tipo éxtasis y cocaína "porque hay menos dinero".

lunes, 10 de febrero de 2014

LOS JÓVENES BEBEN MÁS ALCOHOL ADULTERADO CON LA CRISIS

Un 5% de los jóvenes consume alcohol irregular, con altas probabilidades de que esté adulterado, una práctica que va en aumento debido a la crisis, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid.
Además, el 40% de los jóvenes no percibe problemas éticos ni de salud en comprar alcohol de forma irregular, fuera del control de las autoridades fiscales y sanitarias, tal y como pone de relieve el estudio, realizado por el instituto ThinkCom, adscrito a la universidad, y presentado hoy.
Los jóvenes adquieren el alcohol en puntos de venta irregular (tiendas de chinos, de "todo a cien" o en puestos callejeros), pero también perciben que lo consumen en locales de ocio, donde se les suministra "garrafón", ha explicado Ubaldo Cuesta, director de la Cátedra de Comunicación y Salud de la Facultad de Ciencias de la Información y autor del trabajo.
El profesor Cuesta ha advertido de que se está implantando cada vez más la compra en la calle debido a la crisis, que también está propiciando que se extienda la filosofía del "carpe diem": "vivir el día a día".
Aunque ha señalado que un 5% de consumo irregular entre los jóvenes puede parecer un porcentaje bajo, este catedrático ha alertado sobre un "repunte de los datos".
"La crisis incrementa el consumo de alcohol irregular", ha subrayado el profesor Cuesta, quien aclara que no sólo se trata de un fraude fiscal sino de un problema de salud pública.
Ubaldo Cuesta ha resaltado el hecho de que los jóvenes no tengan ninguna intención de denunciar la venta de alcohol ilegal, lo que ha achacado, en parte, a que no perciben el riesgo y, en parte, a que en España no está extendida la cultura de la denuncia.
El estudio, realizado mediante una encuesta a 1.200 jóvenes de entre 14 a 34 años, pone de relieve que el 60% de los jóvenes consume alcohol habitualmente, especialmente de forma masiva durante el fin de semana (el llamado "atracón").

Sin percepción del riesgo

Además, uno cada dos no percibe el riesgo que ello supone, a pesar de la probabilidad que este tipo de consumo entraña para desarrollar una adicción en la edad adulta, ha señalado este catedrático.
Uno de cada cuatro encuestados asegura haber sufrido una intoxicación etílica en los últimos doce meses, según el estudio, que observa una tendencia al alza entre las chicas (un 24 %).
"Lo que está haciendo el joven es entrar en una conducta de riesgo sin percibirlo", ha señalado el profesor Cuesta, quien ha considerado que "no se le está prestando al alcohol todo el interés que debería prestarse".

Alcohol, un lubricante social

Y así, si pretenderlo, se está creando un "frame" o marco social de referencia de que beber en exceso "no es tan malo".
Cuesta ha explicado que el objetivo de los jóvenes cuando hacen botellón es ponerse contentos lo antes posible. "El alcohol es un lubricante social, facilita la conducta de flirteo".
Según el estudio, en España se consumen 163 millones de litros de alcohol al año: más de 1.600 millones de cubalibres (130 millones de litros); 500 millones de copas de licores fuertes (25 millones de litros) y 155 millones de copas de licores de frutas (7,7 millones de litros).
Como conclusiones, el autor del informe ha abogado por la necesidad de incrementar las medidas de control, tanto coercitivas (inspecciones del botellón, del garrafón y del comercio ilegal), como educativas.
Además, ha apelado al fomento de la corresponsabiliidad social, a través de programas de educación para la salud y de la labor de los medios de comunicación, y a establecer una ética entre todos los interlocutores.

Nuevas modas

Cada vez se comienza a beber a edades más tempranas. De ahí que desde la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (AEPap) se considere una "vergüenza" que el consumo "vaya a más" y que desde las autoridades sanitarias no se tomen medidas para evitarlo. Así lo ha lamentado la pediatra Concha Sánchez Pina, coordinadora del 11 curso de actualización en Pediatría organizado por esta sociedad científica en Madrid, que ha recordado que se trata de "la sustancia psicoactiva más consumida de todas". Con 12 años, agrega, "se estima que uno de cada cinco escolares ya ha experimentado con el alcohol", lamenta esta experta.
Los pediatras se muestran preocupados por el consumo intensivo durante los fines de semana (dos de cada tres de los que beben dicen haberse emborrachado) y por el aumento del botellón entre los jóvenes (lo practica uno de cada tres jóvenes).
Además, los pediatras advierten sobre otras formas de beber que ahora "están de moda", como el 'binge drinking', que consiste en beber más de cinco copas "a toda velocidad" en dos horas, "para que los efectos del alcohol sean máximos".
"Los padres de los adolescentes deben estar pendientes de los niños y ver cómo vuelven a casa, cerrar los ojos no tiene sentido. Hay que escucharles, hablar con ellos, estar pendientes de sus problemas y explicarles el problema que puede causar este consumo en el futuro, porque puede generar alteraciones cerebrales o del hígado", aconseja esta experta.