Prevenir y educar antes que prohibir. Ésa es la máxima que ayer expusieron como solución al «botellón» los expertos sanitarios llamados a exponer sus posturas ante la mesa en la que estos días se debate la nueva ordenanza de la convivencia cívica que ha presentado el equipo de gobierno de Foro Asturias y en la que se incluyen, entre otras muchas propuestas, la de prohibir el consumo de alcohol en la vía pública. «Es necesario hacer un trabajo previo antes de prohibir, para que los jóvenes que van a ser los protagonistas de esto entiendan y acepten la norma», aseguraba tras el encuentro el psiquiatra Eduardo Carreño haciendo hincapié en la necesidad de poner en marcha «acciones preventivas».
En este mismo sentido se manifestaba José Ramón Hevia, el que en la pasada legislatura fuera responsable del plan de drogas de Asturias. Hevia aprovechó su intervención para poner sobre la mesa los primeros datos de una encuesta que ya tiene elaborada la Consejería de Salud del Principado de Asturias: «Hemos observado que en la última década ha bajado el número de jóvenes entre los 12 y los 14 años que consume alcohol, pero también es verdad que ha aumentado el número de los adolescentes que se exceden con el alcohol y se emborrachan». Hevia, como Carreño, apuesta por la educación para solucionar un problema «en el que también se tienen que implicar los padres y la comunidad educativa». Para el experto el consumo de alcohol no se puede asociar sólo al «botellón» ya que, asegura, «los jóvenes pueden beber también en otros sitios». Diego Pidal, médico de urgencias del Hospital de Cabueñes, añadió datos estadísticos a esta preocupante problemática. Según el doctor en el centro médico más importante de Gijón se atiende cada fin de semana «a dos o tres menores» que presentan una intoxicación etílica grave. Casi ninguno de ellos repite experiencia. «Se habla con los padres y se les conciencia del problema, pero hay que tener muy en cuenta también que en ocasiones se producen policonsumos importantes», concluyó el médico.
María Peláez, técnico de atención primaria en drogas, mantiene que lo más preocupante del problema son los consumos que empiezan a los 12 años. Peláez fue la encargada de exponer ante los representantes de los diferentes partidos políticos, fuerzas de seguridad y asociaciones los problemas médicos que pueden sufrir los jóvenes adictos a la bebida «que pueden llegar a desarrollarse peor».
Las reacciones políticas no se hicieron esperar. José María Pérez, concejal del Partido Socialista, criticó que ayer no se hubieran tratado en la comisión de seguimiento de la junta de seguridad otros temas que tienen que ver con la ordenanza de convivencia ciudadana: «El tema del alcohol es muy interesante y todos estamos de acuerdo en que se debe abordar, pero hay que tener en cuenta que en esta mesa no están representados los organismos autonómicos, que son los que tienen la capacidad de llevar a cabo medidas educativas y sanitarias que son las que se necesitan para abordar estos problemas».
Las reuniones con expertos continuarán durante las próximas semanas para llegar hasta la aprobación definitiva de la ordenanza. Dentro de seis días, el próximo lunes, la comisión de seguimiento atenderá lo que expongan técnicos o responsables educativos, para dar paso en la cuarta reunión, prevista para dentro de dos semanas, a los especialistas en ocio juvenil. Por último, se empezará el debate ciudadano de la ordenanza y se abrirá el período de enmiendas antes de la aprobación definitiva de la normativa, que, como toda regulación, tendrá que contar con un plazo de consulta pública y de alegaciones.
La ordenanza de convivencia cívica propuesta por el gobierno municipal de Foro Asturias prevé multas para quienes consuman alcohol en lugares de la vía pública no habilitados para ello. En la regulación municipal también se establecen otras prohibiciones como ejercer la prostitución o la mendicidad con actitudes que molesten al ciudadano. Foro asegura que la ordenanza es sólo «un borrador» a debatir.
